domingo, 25 de agosto de 2013

Ser emocional


Todas las recetas tienen un ingrediente clave que aporta la esencia de ese plato y que en su ausencia nuestra experiencia gastronómica se convierte en una simple acción de repostar. Para una presentación ese condimento no es otro que el ser emocional.

Seguro que recuerdas presentaciones en las que, estando alineado con el mensaje, te han dejado un poco frío porque no transmitían emoción alguna. ¿Tienes en cuenta este aspecto a la hora de preparar o realizar tu presentación?.

Si bien es cierto que en ocasiones está muy ligado a ello, ser emocional va más allá de transmitir con energía. Cualquier mensaje a comunicar lleva implícita una emoción ligada al mismo más allá de su letra y que debemos también trasladar a nuestro auditorio. Por ejemplo, el tipo de emoción ligada a la explicación de una misma anécdota personal es diferente en un homenaje, en la presentación de un proyecto o en un funeral.
 
Algunos consejos para introducir la emoción en nuestras presentaciones:
 
  1. Cuando establezcas el objetivo de la presentación reflexiona sobre el tono emocional de la misma.
  2. Haz tuya esa emoción, alinéate con ella, sientela como propia.
  3. Ensaya, deja fluir las palabras y movimientos que ese tema y objetivo te generan.
  4. Utiliza un tono y gesto alineado con el objetivo.
  5. Incluye anécdotas e interjecciones en tu presentación.
  6. Cuidado con sobreactuar, se trata de transmitir no de interpretar.