martes, 3 de diciembre de 2013

¿Qué medimos?

 
Uno de los debates más extendidos dentro del mundo de la Formación está relacionado con las métricas a utilizar para valorar la acción implantada. ¿Es necesario medir la satisfacción? ¿Cómo la medimos? ¿Y el retorno de la inversión? ¿Utilizamos KPIs?.
 
Lo cierto es que la mayoría de herramientas de medición más utilizadas están relacionadas con la satisfacción de los participantes y en menor medida con la efectividad de la acción (si ha producido los cambios esperados) y/o el retorno de la inversión. Además, en la mayoría de ocasiones, la evaluación de la satisfacción tampoco se plantea con un indicador de carácter "universal" que permita comparar entre acciones distintas o se es autocomplaciente a la hora de establecer si, por ejemplo, un 7'5 de media es una buena nota o no.
 
Una forma de medir la satisfacción de la acción formativa y que salva las lagunas arriba descritas es la medición de los Promotores Netos (NPS). Su funcionamiento es muy sencillo, se trata de solicitar a los participantes que valoren de 1 a 10 en qué grado recomendarían el curso a otra persona.
 
Las puntuaciones se tabulan de la siguiente forma: Las valoraciones de 10 y 9 se consideran promotores, las valoraciones de 8 y 7 son neutros y el resto (6,5,4,3,2 y 1) detractores. Con esta tabla de referencia calcularemos el porcentaje de cada uno de ellos. El Indice de Promotores netos resulta de restar el porcentaje de detractores al de promotores.
 
 

lunes, 18 de noviembre de 2013

Geografía (i)

Un elemento importante dentro del aula es la geografía y con ello me estoy refiriendo tanto a la configuración de la sala en sí (Forma de "U", cabaret, escuela...) como a la ubicación de los participantes en la misma o el movimiento que podamos generar. Hoy me centraré en los dos últimos aspectos.

La colocación de los participantes en la sala no solo nos da pistas sobre su actitud o el tipo de relación que tienen entre ellos, también nos permite gestionar aspectos muy importantes de las dinámicas que en esa geografía el equipo de aprendizaje establecerá. Veamos algunos ejemplos:
 
Sacar del área de confort.
Dicen los sajones que no pain no gain y lo cierto es que desde nuestra zona de confort es difícil que movilicemos grandes cambios en nuestras estructuras estándar de comportamiento. Así pues, uno de los objetivos que podemos alcanzar desde la geografía es el de facilitar que los participantes abandonen su área de confort. ¿Cómo? Permíteles que elijan el lugar donde quieran sentarse, normalmente elegirán una posición que para ellos sea cómoda, tanto en lo que a la ubicación se refiere como a los compañeros que tengan como vecinos. Una vez sentados en su zona de confort sólamente hay que cambiarles de sitio.
 
Gestionar estados.
Imagina estar ocho horas sentado en el mismo sitio, tienes muchos billetes para realizar un viaje astral en algún momento de ese intervalo. Para mantener al grupo activo gestiona el estado de sus miembros introduciendo movimiento. Así pues, ten previstas dinámicas que les hagan levantarse, caminar... En definitiva, que exista variabilidad no solo en el contenido sino también en la geografía.
 
Promover la diversidad de contactos.
Es frecuente que en un equipo de formación sus componenetes se relacionen más con aquellas personas a las que ya conocen lo que reduce el número de puntos de vista con los que se exponen. Cambia de vez en cuando la posición en el aula de tus participantes, promociona que se sienten y trabajen con personas diferentes para ampliar el mapa de contactos.
 
Divide y vencerás.
¿Y para los participantes difíciles? ¿Y si hay dos personas que están hablando todo el rato? ¿Y si uno quiere ser muy protagonista...? para situaciones de este tipo aplica el principio de divide y vencerás, con otras palabras, cambiale de ubicación, siéntale al lado de un "aliado", separa a aquéllos que están todo el rato hablando. Lo cierto es que funciona.



martes, 5 de noviembre de 2013

Aterrizando


Uno de los principales retos a los que nos enfrentamos al diseñar una acción formativa es el de que los contenidos conecten lo máximo posible con la realidad del participante y, por ende, que "compren" nuestra propuesta.
 
Algunas ideas para "aterrizar" contenidos son:
 
 
 
1.- Realizar entrevistas de pre-análisis.-
Una vez tengas una idea clara de las herramientas, ideas o técnicas a transmitir, entrevista a varios participantes tipo para cotejar su realidad, establecer los pesos de cada uno y descubrir cómo conectarlos con su día a día.
 
2.-Introducir como herramienta.-
En muchas ocasiones cuando queremos transmitir algún tipo de conocimiento o habilidad de forma monográfica ésta es percibida como algo teórico difícil de llevar a la práctica. Para este propósito resulta muy eficaz introducir la habilidad o conocimiento como una herramienta para poner en marcha un procedimiento que sí les sea cercano. Por ejemplo, si a un comercial le convocamos a un curso de asertividad es muy posible que lo perciba como algo ajeno a él. Si a esa misma persona le invitamos a un curso de "Cómo gestionar quejas en 4 pasos" e introducimos la asertividad como una herramienta para llevar a cabo uno de ellos el impacto será muy distinto.
 
3.-Busca un punto de inicio.-
Cuando tengas que implementar una secuencia genérica de actuación busca un punto de inicio en la actividad de tu público y utilízalo como anclaje para ese protocolo. Por ejemplo, si estás trabajando en un programa de Retención de clientes a partir de un modelo de acción, establece el inicio en un recibo devuelto o dos meses antes del vencimiento del servicio y desde ahí construye los pasos para cada uno de esos casos.
 
4.-¿Recetas?.-
Frecuentemente se debate sobre si es más potente explicar qués que no cómos (también conocidos como recetas). Sin entrar en dicha disyuntiva, mi experiencia me dice que la estructura de receta,  resulta muy útil para transmitir casi  cualquier tipo de conocimiento o habilidad de forma en que sea percibida por el participante como algo práctico.

lunes, 14 de octubre de 2013

Base de Recursos

En ocasiones, llegan a nosotros recursos muy válidos (ideas, dinámicas, artículos...)  que como en ese momento no vamos a utilizar caen en el olvido e incluso corremos el riesgo de echarlos de menos cuando sí estemos trabajando en proyectos en los que pudieran encajar.
 
Para evitarlo resulta muy útil invertir un poco de tiempo en diseñar y alimentar una base de recursos y/o contenidos a la que podamos recurrir cuando estemos trabajando en un nuevo proyecto. En este sentido, la herramienta que decidas utilizar para crearla (excel, access...) es algo secundario, si bien es cierto que los campos que incluyas sí son importantes para una correcta explotación.
 
En mi caso trabajo con dos bases independientes, una sobre recursos didácticos y otra sobre material para contenidos (artículos, documentos...). En ambos casos, el sistema elegido para gestión de la información es la utilización de referencias para localizar el documento original, con otras palabras, en la base de datos no transcribo su contenido, sino que incluyo una referencia de dónde está archivado.
 
La base se vertebra en una serie de campos que me resultan de utilidad:
  1.  Título del artículo o dinámica
  2.  Posible explotación (vg. apertura de curso, manejo de objeciones...)
  3.  Referencia de localización.
  4. En qué cursos ya la estamos utilizando.
Cuando estamos trabajando en un nuevo curso y nos encontramos faltos de ideas, sólamente tenemos que abrir la base de datos, filtrar por el campo Posible explotación y seleccionar el recurso adecuado.
 

miércoles, 2 de octubre de 2013

El azar dirige


¿Por qué no dejar que sea el destino quién decida? ¿Quién dijo que las decisiones importantes no se pueden tomar lanzando una moneda al aire? El azar es un elemento que puede ayudarnos a dinamizar una actividad, romper el hielo, trabajar diferentes perspectivas.... Hoy me tomo la licencia de explicar cómo mis amigos de la consultora Focus Inside han hecho del azar una herramienta muy útil para prácticar una técnica o habilidad.
 
¿Cómo? dispón de un cubo de cartulina en el que en cada cara del mismo haya escrita una actitud, perfil, adjetivo... (por ejemplo, tímido, irónico, agresivo...) . Cada participante pondrá en práctica dos veces la técnica que se haya trabajado, por ejemplo, un cierre comercial. Antes de su primer ensayo lanzará el dado, y deberá "interpretar" la técnica desde el prisma que el azar ha decidido. En la segunda práctica el participante llevará a escena "su mejor versión" de la tarea encomendada.
 
Desde mi punto de vista, el introducir el elemento azar del modo presentado nos aporta varios beneficios:
 
  1. Por su originalidad e incerteza, se convierte en un elemento dinamizador.
  2. Permite experimentar papeles o prespectivas diferentes para una misma tarea.
  3. Facilita trabajar de forma directiva sin las desventajas de "imponer" directamente un papel.
  4. Quita presión al momento de poner en escena "su mejor versión" ya que ha podido ensayar con una dificultad adicional.
Por cierto, si, como en mi caso, no eres muy bueno/a construyendo cubos, siempre puedes optar por utilizar tarjetas u otros elementos de más fácil construcción.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

¿Y después qué...?


Imagina la siguiente situación, formas parte del Departamento de Formación de una empresa y te encomiendan diseñar el entrenamiento para la puesta en marcha de un proyecto cumpliendo unas premisas económicas y temporales. Preparas un plan de acción, se aprueba y desde ese momento ocupa un lugar en la presentación del proyecto, concretamente integrado en el cronograma. ¿Qué interpretan la mayoría de mandos de tu organización al ver dicha slide?
 
Las interpretaciones pueden ser muchas, si bien es cierto que una que seguro que formará parte de la lista es "A partir del día en que termina la formación todo el mundo está preparado para trabajar siguiendo el nuevo modelo" ¿Hemos incluido todas las acciones posibles para cumplir con esta expectativa?.
 
Independientemente del grado de sofisticación al que podamos optar en función del preuspuesto, cultura organizativa... sí es obligación del Departamento de Formación plantearse la pregunta ¿Y después de los cursos qué? para incluir en nuestra propuesta acciones "más allá del aula" que faciliten la transferencia de los conocimientos o habilidades trabajadas.
 
Píldoras en formato rapid eLearning, acciones de mentoring o modelaje, reuniones de mejores prácticas o entrevistas de seguimiento (personales o telefónicas), son algunos de los recursos de los que podemos disponer para esta misión.
 

lunes, 2 de septiembre de 2013

Cuenta Historias

Todos aquellos que tengáis hijos seguramente habréis vivido la siguiente situación: comenzar a explicar un cuento que hace décadas que no escucháis y como por arte de magia tomar el hilo principal del relato y ser capaces de transmitirlo. ¿Cómo podemos recordar algo que estaba ahí inactivo y a veces olvidar cosas que nos han explicado hace un minuto? El truco está en la estructura de historia con la que se ha transmitido.

Un cuento tiene una estructura muy sencilla y al mismo tiempo potente que sigue el esquema clásico de presentación, nudo y desenlace. Además incluye personajes con una carga emocional determinada (los buenos, los malos...) y el aderezo del suspense. Todo ello junto hace que la historia transmitida quede grabada casi de inmediato en nuestro cerebro y de forma casi permanente.

¿A qué viene todo esto? muy sencillo, si consigues dar a tu presentación una estructura similar a la que tienen los cuentos infantiles, y le sumas el modo en que nos los explicaban (transmitiendo emociones, haciendo preguntas del tipo ¿sabéis lo que pasó?, interpretando los personajes...) conseguiras no solo captar la atención de tu audiencia, sino que también que el mensaje tenga mayor impacto y, por lo tanto, perdure.

domingo, 25 de agosto de 2013

Ser emocional


Todas las recetas tienen un ingrediente clave que aporta la esencia de ese plato y que en su ausencia nuestra experiencia gastronómica se convierte en una simple acción de repostar. Para una presentación ese condimento no es otro que el ser emocional.

Seguro que recuerdas presentaciones en las que, estando alineado con el mensaje, te han dejado un poco frío porque no transmitían emoción alguna. ¿Tienes en cuenta este aspecto a la hora de preparar o realizar tu presentación?.

Si bien es cierto que en ocasiones está muy ligado a ello, ser emocional va más allá de transmitir con energía. Cualquier mensaje a comunicar lleva implícita una emoción ligada al mismo más allá de su letra y que debemos también trasladar a nuestro auditorio. Por ejemplo, el tipo de emoción ligada a la explicación de una misma anécdota personal es diferente en un homenaje, en la presentación de un proyecto o en un funeral.
 
Algunos consejos para introducir la emoción en nuestras presentaciones:
 
  1. Cuando establezcas el objetivo de la presentación reflexiona sobre el tono emocional de la misma.
  2. Haz tuya esa emoción, alinéate con ella, sientela como propia.
  3. Ensaya, deja fluir las palabras y movimientos que ese tema y objetivo te generan.
  4. Utiliza un tono y gesto alineado con el objetivo.
  5. Incluye anécdotas e interjecciones en tu presentación.
  6. Cuidado con sobreactuar, se trata de transmitir no de interpretar.

lunes, 15 de julio de 2013

Factor Sorpresa

Uno de los elementos que más potencia pueden dar a una presentación es el de introducir algo inesperado ya sea en las formas, materiales, o las palabras elegidas. ¿A quién no le gusta una buena sorpresa?
 

 Cuando asistimos a un a presentación solemos tener unas expectativas bastante definidas de lo que va a ocurrir. Quién va a hablar, qué va a decir, incluso podemos aventurarnos al cómo va a hacerlo. Así pues, el intruducir un elemento que rompa con ese patrón preestablecido contribuirá tanto a que la audiencia se enganche como al impacto del mensaje.

¿Cómo hacerlo? A continuación te apunto algunas ideas:

Actitud transgresora. Piensa en las presentaciones estándar que se realizan en tu contexto y planteate un objetivo: cambiarlas. ¿Hasta que punto? depende del contexto, algunos foros te permitirán ser más transgresores y en otros más vale no pasarse de frenada porque el impacto podría ser diferente al esperado. Eso sí, cuando pienses en qué hacer no te pongas límites, deja la tijera para más tarde.

Diapositivas sorprendentes. Cada organización otorga un  mayor o menor grado de libertad a la hora de preparar una presentación corporativa (estructura, plantilla, imagen corporativa...). Aprovecha el grado de libertad del que dispongas para intorducir elementos sorprendentes respetando las reglas esenciales. Por ejemplo, reduce la cantidad de texto escrito, sustituye frases por imágenes, cambia afirmaciones por preguntas...

Introduce actividades. Normalmente una presentación suele pecar de unidireccional con un turno de preguntas como única licencia al diálogo. Este es el punto en el que más puedes sorprender y con más probabilidades de impactar a tu audiencia. En función del contexto, introduce algún tipo de dinámica, ejercicio, demostración... que permita a tu público participar. Algunas ideas menos transgresoras para introducir acción a la presentación es formular preguntas directamente a la audiencia, hacer una encuesta a mano alzada, entregar algún tipo de gadget durante la presentación (vg targeta con los puntos clave), o construir las conclusiones en grupo.
 
Todo en su justa medida. Como decía al hablar de la actitud transgresora, si bien es cierto que nuestro objetivo es causar un impacto, también lo es que queremos hacerlo en positivo. Así pues, una vez te has dado toda la libertad a la hora de pensar en qué hacer, antes de llevarlo a la práctica conviene visualizar cómo sería el resultado y realizar los ajustes necesarios a la idea original para no convertirnos en kamikazes.

lunes, 1 de julio de 2013

Ser creíble

En las entradas anteriores apuntaba como elementos clave a la hora de preparar una presentación el ser específico y el tener en cuenta nuestra audiencia. Hoy os presento el tercero: Ser creíble.
Imaginad a alguien presentando las bondades de un proyecto o una nueva aplicación y que duda, se contradice o, simplemente, parece no creerse lo que está diciendo ¿Comprariáis la idea?. Aunque parezcamentira muchos proyectos han muerto en este punto.
Así pues, para ser eficaces en nuestra presentación debemos irradiar veracidad, y esto se articula mediante dos palancas: creer en el mensaje y trasmitirlo de forma segura. Algunos consejos para conseguirlo:
  1. Empieza por comprar tú el proyecto. Piensa en sus beneficios, en lo que puede aportar, en lo que nos va a ser útil en relación a cómo actuábamos hasta la fecha.
  2. Busca ejemplos concretos de sus puntos fuertes e inclúyelos en el mensaje.
  3. No eludas aquellos puntos en los que dudas. Analízalos y dales la vuelta.
  4. Enfréntate a tu propia resistencia al cambio.
  5. Trabaja la presentación, ensáyala y visualízala hasta que te convenzas a tí mismo.
  6. Piensa en dudas que podrían surgir a tu audiencia y prepara respuestas, te ayudará a estar más seguro.
  7. Pon especial atención al lenguaje no verbal.


lunes, 17 de junio de 2013

Ser específico

¿A cuántas presentaciones has asisitido en que se ha hablado de tantas cosas que al final has tenido la sensación de que no se ha planteado nada? Una de las más frecuentes patologías por las que una presentación perece es la Exhaustividad, y esto en cualquiera de sus dos vertientes: exponer demasiados aspectos de carácter heterogéneo y/o llegar a un nivel de detalle excesivo.
 
Así pues, uno de los elementos clave para realizar una presentación eficiente es la de ser específico, esto es, tratar un número reducido de temas (cuanto menos mejor) y hacerlo con un nivel de detalle suficiente para alcanzar el objetivo, evitando todo aspecto que nos desvíe ni tan solo un milímetro de su consecución.
 
Para ello puedes seguir los siguientes pasos:
 
  1. Define de forma precisa los objetivos de la presentación.
  2. Revísalos, valora si hay algún elemento prescindible y suprímelo.
  3. Construye la lista de contenidos necesarios para alcanzar el objetivo.
  4. Revisa la lista y elimina aquéllos que no nos acercan al objetivo.
  5. Desarrolla los contenidos siguiendo la misma secuencia de revisión-supresión.









lunes, 3 de junio de 2013

¿Qué hay para mi público?


Una de las situaciones a las que debemos dar respuesta como formadores es la de realizar algún tipo de presentación (vs formación) ya sea sobre un producto, proyecto o cualquier otra temática. ¿Debería ser muy diferente a cómo planteamos otro tipo de sesión formativa?

El pasado año tuve la fortuna de participar en un entrenamiento en presentaciones eficaces impartido por una persona de reconocido prestigio a nivel internacional. Durante las sesiones trabajamos 7 principios clave que toda presentación debería tener y que me gustaría compartir  en las próximas entregas de Trucos de Formadores. 

El primero de ellos es Enfocarnos en nuestro público. Parece obvio ¿no es así? pero pensad por un momento a cuantas presentaciones habéis asistido cuyo tema a prioiri os interesaba y que durante el transcurso de las mismas la siguiente frase llenaba vuestros pensamientos: ¿qué hago yo aquí?.

Si bien es cierto que el objetivo o temática de una presentación tienen una inflencia muy directa en el menasaje. también lo es que la forma de transmitirlo, los ejemplos, las palabras, pueden adaptarse a las características de nuestra audiencia para que llegue a ellos y sin que eso altere nuestra intención inicial.

Así pues, cuando prepares una presentación, ten en cuenta los siguientes aspectos:
  1. Quién es nuestro público (para cada una de las sesiones).
  2. Cómo le impacta la temática/objetivo de la presentación.
  3. Ejemplos que tengan que ver con su realidad.
  4. Imágenes que tengan que ver con su día a día.

miércoles, 15 de mayo de 2013

¡¡ Magia !!

Imagina que necesitas introducir en tu sesión de formación algo breve, que genere expectación y que permita terminar con una metáfora o estructura potente para anclar la idea clave que deseas transmitir. ¿Por qué no un truco de magia?
 
En nuestros últimos cursos estamos introduciendo números de mentalismo para mostrar que seguir nuestra intuición a nivel comercial es muy útil y cuyo riesgo tiende a cero dado que, de no ser acertado lo que nos decía nuestro olfato, al menos hemos encontrado una línea de argumentación que deberíamos evitar a la hora de presentar el producto.
 
También utilizamos el truco de unir dos clips que estaban separados simplemente estirando de los extremos de un billete para ilustrar que para conseguir el dinero es imprescindible unir nuestra propuesta con las necesidades del cliente.
 
Ambas experiencias funcionan, así que, busca en internet trucos de magia (hay multitud de ellos, algunos requieren mucha habilidad, otros menos y muchos ninguna) aprende un par, añade una metáfora potente y llena de magia el aula.
 
Para despedirme agradezco vuestra comprensión por el hecho de que comparta mis trucos de formador y no los de mago.

jueves, 2 de mayo de 2013

Emoción y Compromiso



El cómo cerremos un curso es una de las claves para que todo lo que hayamos trabajado durante el mismo tenga sentido y se pase a la acción. Se trata de un momento en el que crear un clima positivo, incluso de cierta euforia, resulta imprescindible para lograr eso a lo que llamamos retorno
 
Existen muchas forma de hacerlo, con un juego, con la entrega de diplomas o premios, resolviendo una última tarea... con mi equipo hemos explorado múltiples opciones de cierre y ha sido este año cuando hemos dado con una fórmula que conjuga lo que para nosotros son los elementos clave: emoción y compromiso.
 
Solicita a los participantes que formen un círculo en la sala con sus sillas e intégrate en él como uno más. Indica que es un momento muy importante, agradece el esfuerzo colectivo y a partir de ahí repite con cada uno de los participantes la siguiente secuencia:
 
1.- Pregunta qué se ha llevado del curso.
 
Invita a reflexionar sobre lo que se ha puesto encima de la mesa y que destaque qué se lleva personalmente. Si has abierto el curso con alguna dinámica para conocer sus expectativas recuerda lo que dijeron entonces. En este punto es importante que las respuesas sean concretas, tangibles y no sensaciones etéreas. Para ello utiliza instrucciones del tipo "De todo eso, dime al menos una cosa específica" o "Muy bien, ¿Puedes darme ahora algo que pueda tocar?".
 
2.- Ensalza una cualidad del participante.
 
Mírale a los ojos y comúnicale de forma honesta alguna cualidad o competencia que destacarías del participante y que se haya podido observar durante las sesiones. Para ello es imprescindible que desde el mismo inicio del curso observes las virtudes de cada componente del grupo y vayas tomando nota de ellas (todos tenemos algo bueno, sólamente hay que buscarlo). Vas a comunicarle qué te llevas de él o ella, por lo que para que tenga efecto tendrás que ser específico, que lo pueda tocar. Utiliza fórmulas como "Yo también me voy a llevar algo de tí..." o "Permíteme que te robe un poco de tu..." y acompáñalo de comportamientos o respuestas de esa persona que ejemplifiquen la cualidad que estás destacando.
 
3.- Proponle un reto.
 
Ponle "deberes", ya sea en forma de una acción concreta, un pequeño cambio o simplemente que reflexione al final de un día sobre cómo ha actuado en referencia a lo que hemos trabajado durante el curso y que comparta contigo esta reflexión ya sea por email o mediante una llamada. En este punto puedes ser directivo o solicitar al participante que se plantee su propio reto. Ayúdale a que sea algo específico y tras ello reformula el compromiso  y pregúntale ¿Cómo sabremos que lo has hecho?. Una vez cerrado el reto solicita un aplauso de reconocimiento.
 
 
 

martes, 16 de abril de 2013

¿Revisas o Re-explicas?

Muchas sesiones de formación se inician con un repaso de contenidos vistos en sesiones o cursos anteriores que constituyen una verdadera "clase magistral exprés". ¿Estamos revisando realmente los contenidos? ¿Nos ayuda a estar más cerca de provocar cambios en los participantes?.
 
Revisar lo que se ha trabajado durante un curso (o en cursos anteriores) resulta fundamental para:
  1. Comprobar si nuestra comunicación es efectiva.
  2. Verificar el grado de aceptación de lo que proponemos.
  3. Integrar los contenidos en el cuerpo de conocimientos de cada participante.
En mi opinión, volver a explicar algo no es la mejor forma de alcanzar esos objetivos, por lo que no la considero una herramienta de revisión. Permitidme compartir qué es y qué no es revisar:
 
Revisar no es que el formador repita de nuevo los contenidos trabajados hasta un momento determinado, revisar es que el participante contacte conscientemente de nuevo con ese contenido.
 
Revisar no es facilitar la memorización a través de la repetición u otras técnicas, revisar es crear un espacio para que el participante pueda transformar e interiorizar el contenido .
 
Revisar no es estar expuesto a un estímulo, revisar es tener la oportunidad de trabajar de nuevo un contenido del curso.

lunes, 1 de abril de 2013

¡¡ Movimiento !!

Ocho horas sentado con una pausa para café y otra para la comida como única tregua no hay posadera que lo resista ni cerebro que no se rinda al viaje astral. Para evitarlo y conseguir un grupo continuamente activado introduce el movimiento en tus sesiones. Aquí tienes tres ideas para hacerlo:

1.-Cambio de compañeros.
Ya sea en la clásica "U" o en un montaje tipo "cabaret" cambia de vez en cuando la ubicación de los participantes. Además de gestionar su estado psicofísico mediante el movimiento, enriquecerás las sesiones al permitir que se relacionen y trabajen con el máximo número de personas (y puntos de vista) diferentes.

2.-Cambio de espacio.
En algún ejercicio, momento para revisar lo visto o para manifestar opiniones cambia de espacio físico por completo, esto reactivará al grupo. ¿Cómo hacerlo? salid a un jardín o espacio colindante a la sala, que cada participante tome su silla y formad un círculo (aunque tengáis que mover mesas)... Mira las instalaciones de las que dispones y no te pongas límites.

3.-Tests dinámicos.
Piensa en cualquier ejercicio de preguntas con alternativas de respuesta que tengas preparado para tus sesiones y en vez de responderlo en papel o a mano alzada hazlo con movimiento. Que todos los participantes a la sesión se pongan de pie en la sala, formula la pregunta indicando que los que crean que la respuesta es "Sí" vayan a un lado y que los que crean que es "No" vayan a otro (si hay más alternativas ofrece una ubicación para cada una de ellas). Una vez se hayan dirigido al lugar reservado para su alternativa, verás perfectamente la "gráfica" de respuestas de tu grupo. A partir de ahí puedes introducir más acción mediante preguntas ¿Qué te ha llevado venir a este lado? ¿Qué le dirías a los que están allí? ¿Puedes convencer a alguien de que venga aquí?

sábado, 16 de marzo de 2013

Ponle precio

Aquí os presento una dinámica que al mismo tiempo nos sirve tanto para repasar contenidos así como para ver en qué medida ha "encajado" en los participantes.

Distribuye por el aula imágenes, objetos o tarjetas que representen diferentes conceptos que se hayan trabajado durante el curso. Tras ello entrega a cada participante o por grupos etiquetas con diferentes precios marcados.

¿Has descubierto de qué se trata? ¡Exactamente! la tarea consiste en atribuir un precio a cada uno de los conceptos trabajados para descubrir qué se ha considerado más valioso, qué menos, las razones del porqué de ese precio, etcétera...

jueves, 28 de febrero de 2013

Stickers

Algo que les encanta a los niños son esos cuadernos sobre diferentes temas (animales, colores, formas) que incluyen una serie de adhesivos que deben colocar en los lugares correctos.

El éxito de este tipo de materiales reside en varios factores de los que destacaría dos: 

1.- Facilita relacionar conceptos concretos o abstractos a partir de la acción.

2.- Incentiva experimentar y utilizar el método de ensayo y error minimizando el miedo a fallar (los adhesivos pueden cambiarse de lugar)
¿Por qué no utilizarlo con adultos? Lo cierto es que es muy útil tanto para presentar como revisar conceptos durante un curso, en especial, procesos o modelos. Veamos cómo:
  1. Dibuja o imprime en una hoja una parte del contenido, por ejemplo, el diagrama de un proceso, la representación de un modelo teórico o una pantalla de una aplicación informática, omitiendo alguna o todas las palabras que allí aparecerían. Plastifícala para que al colocar nuestros stickers puedan quitarse fácilmente sin estropearse.
  2. Imprime en una hoja de etiquetas adhesivas (las que se utilizan para cartas) las palabras que completan ese contenido. Por ejemplo, los nombres de las fases en el proceso, las definiciones del modelo teórico o las funciones que desencadenan los diferentes enlaces o botones de la aplicación informática.
El resto ya lo imaginas, entrega el material a los participantes y que comiencen a experimentar. Si deseas complicarlo o generar debate haz que el número de pegatinas sea superior al de espacios a completar.

jueves, 14 de febrero de 2013

¿Quién ha dicho...?

El truco de hoy tiene que ver tanto con revisar los contenidos trabajados hasta un momento, como con incentivar que se mantenga la atención e incluso "amonestar" a un participante que no esté prestando la atención adecuada.

Se trata de formular la pregunta ¿Qué ha dicho "x" sobre...? y complementarlo con otras preguntas como ¿Quién ha comentado algo parecido? ¿Qué podemos extraer de su experiencia? ¿Quién a aportado un caso diferente? ¿Qué tenía de especial?.

En función del "objetivo adicional" que persigamos con la pregunta, la podemos dirigir al grupo en general y a partir de ahí a participantes en concreto, o directamente a una persona (tu experiencia seguro que te dirá cómo hacerlo).

Si lo que pretendemos es "apercibir" a alguien en concreto, mi consejo es que no preguntes directamente a esa persona para evitar un clima de confrontación. En estos casos lo que mejor me ha funcionado es preguntar primero a alguien que sepa que va a responder correctamente y después a quien necesito enviar "otro tipo de mensaje"

martes, 5 de febrero de 2013

Creo, Me han dicho, Sé

Cada día recibimos multitud de información sobre múltiples aspectos. Algunas de esas informaciones son creencias u opiniones, otras nos las ha transmitido un tercero y otras las conocemos de primera mano. Lo cierto es que, una vez integradas en nuestro cuerpo de conocimientos, tendemos a olvidar su procedencia y nos limitamos a gestionarlas (tomar decisiones, trazar planes...) sin tener en cuenta cómo llegaron ahí.

Hoy os presento una dinámica que tiene como objetivo tomar consciencia de dónde nos llega la información y las repercusiones que puede tener tomar decisiones basándonos en ella sin tener en cuenta el origen de la misma. La podemos aplicar a temas de negocio, comerciales, personales... yo os explico un caso de ventas.

Solicita a los participantes del curso que hagan una lista con todo aquéllo que conocen de tres clientes suyos y que les pueda ser útil para realizar una acción comercial. Una vez elaborada la lista añadirán una columna con las iniciativas que se desprenderían de ese conocimiento y se presentan al grupo.

Tras comentarlas añadiremos una nueva columna con las etiquetas Creo, Me lo han dicho, Lo sé en función de cómo les ha llegado esa información, y debatiremos si está justificado poner en marcha dichas acciones ahora que tenemos en cuenta la veracidad u origen de los datos sobre la base de los cuales hemos tomado nuestras decisiones.

Para el debate podemos añadir preguntas del tipo ¿Qué riesgos tenemos al iniciar esta acción basándonos en algo que nos ha dicho un tercero? ¿Tiene el mismo impacto que nos lo haya dicho el cliente a que lo hayamos inferido nosotros? ¿Qué acciones podemos poner en marcha para pasar del "Creo" o "Me lo han dicho" al "Lo sé"?

martes, 15 de enero de 2013

El foco es el participante

En estas fechas muchas Compañías presentan sus Planes de Formación y todavía me sorprende lo que se puede leer en el apartado Objetivos de muchos programas o acciones formativas.

Dejando a un lado consideraciones como si son SMART o no, una de las cosas que más me sorprende es encontrar en la formulación del objetivo verbos como informar, entrenar, formar, mostrar, enseñar... cuyo foco está en el agente de la formación y no en el cliente de la misma.

Los objetivos de una acción formativa deben recoger los cambios que, como efecto de esa acción formativa, esperamos que se produzcan en los participantes de la misma, en otras palabras, qué podrán hacer (nuevo, de forma diferente, consolidada...) finalizado el programa.

Así pues, en el apartado Objetivos no es suficiente con que encontremos verbos de acción (señalar, describir, definir, completar...), sino que el sujeto de los mismas debe ser el participante y no nosotros.

lunes, 7 de enero de 2013

¡¡ A jugar !!

La llegada de los Reyes Magos me ha hecho reflexionar sobre el papel del juego en el aprendizaje. No os sorprenderé diciendo que los niños aprenden básicamente jugando, y que la efectividad del juego como agente formativo reside en la combinación de elementos como la simulación, modelaje, competición y, sobre todo, diversión.

¿Qué nos lleva a no dar más protagonismo al juego en la formación de adultos? sinceramente no lo sé, lo que sí os puedo decir desde mi experiencia es que cuando introduces el elemento lúdico en la formación ¡¡Funciona!!. Así que no os cortéis e introducid juegos en vuestras sesiones.

Para diseñar un juego a introducir en una acción formativa utiliza esta sencilla fórmula:

1.- Establece el objetivo formativo de la actividad.
2.- Lista las conductas clave a poner en marcha.
3.- Piensa en un juego estándar (trivial, enigmas, palabras cruzadas, sopas de letras...) que se ajuste al objetivo y conductas.
4.- Adáptalo creando materiales personalizados.

En internet podrás encontrar muchos recursos sobre juegos formativos, así como empresas especializadas en su diseño y creación. En próximos posts os presentaré juegos concretos para llevar al aula.