sábado, 15 de septiembre de 2012

La mejor herramienta

Recientemente recordaba a un profesor que tuve durante todo el bachillerato y repasando mentalmente sus virtudes mis pensamientos derivaron en cuáles son las cualidades de un buen formador. 

M.P. era cercano, utilizaba el humor, explicaba anécdotas, dominaba el lenguaje, nos proponía originales ejercicios... Ciertamente no sabría señalar cuál de estas características supera en importancia a las demás, ya que todas ellas son muy útiles.

Un día descubrí que alguna de esas anécdotas que nos explicaba no había ocurrido nunca y que alguna de sus "explicaciones" era algo más que inexacta. Desde entonces todo lo que aprendí de él y que no haya podido contrastar con otras fuentes (profesores posteriores, documentos...) lo tengo en cuarentena.

Así pues, en mi opinión, la herramienta más importante que tiene un formador es su credibilidad.

Algunos consejos para cultivarla:

  1. Actualizar continuamente nuestros conocimientos en especial sobre aquellos contenidos sobre los que se verse nuestra actividad docente.
  2. No mentir, y con esto no me refiero solamente a no transmitir información que sepamos que no es cierta, me refiero a no transmitir ninguna información sobre la que no tengamos la certeza de que sea verdadera.
  3. Reconocer explícitamente que no conocemos un tema antes de crear in situ un nuevo teorema, ley científica o técnica exitosa.
  4. Señalar a los participantes cuando estamos hablando desde el conocimiento y cuando estamos mostrando una opinión.


sábado, 1 de septiembre de 2012

Si fuera...

Acabas de llegar a un curso y el formador solicita que nos presentemos diciendo nuestro nombre, edad, empresa y cargo, aficiones... vamos, evidencias de que va a ser lo de siempre. Si quieres liderar un curso diferente debe abrirse de forma que invite a pensar que lo que va a suceder en ese aula va a ser diferente.
 
Un recurso que utilizo mucho para iniciar una acción formativa con un toque de sorpresa es añadir preguntas especiales a las puramente formales. Para ello dispongo de múltiples tarjetas del tipo "Si fueras un animal doméstico ¿Cuál serías?" o "Si fueras un personaje histórico ¿Cuál serías?" cada participante, tras presentarse de forma estándar, tomará una pregunta que leerá en voz alta y responderá.

A raíz de la respuesta del participante podemos hacer una primera aproximación al contenido del curso formulando dos nuevas preguntas: ¿Qué te ha llevado a elegir 'x'? y ¿Qué puede hacer 'x' en realción al tema del curso?
 
Por ejemplo, imagina que estamos en un curso de ventas y a la pregunta  "Si fueras un animal salvaje ¿Cuál serías?" un participante responde "un tigre",  a continuación le preguntaremos "¿Qué te lleva a elegirlo?"  y escucharemos su respuesta: "por mi fuerza" . Ya conocemos qué significa para el participante su elección, ahora invitémosle a que la relacione con el contenido "Imagina que soy un cliente, ¿Cómo puede ayudarme el tigre a tomar una decisión?.